Como muchos lectores ya deben saberlo, las
cervezas se suelen clasificar en estilos. Esos estilos agrupan crudos que
presentan características mas o menos parecidas. Las
discusiones que hemos mantenido con algunas
personas con deseos de estar informadas nos han conducido a una serie de
reflexiones que detallamos a continuación.
Que son los estilos?
La clasificación por estilos tiene dos
orígenes bien distintos que puede ser útil conocer. En primer
lugar, los estilos que conocemos hoy en día se originaron en Europa
en el siglo XIX y no son nada mas que las cervezas que se podían
hacer en un sitio concreto con las materias primas del mismo lugar. Hasta
las recetas o los métodos solían ser los mismos en todos
los hogares y las cervecerías de una misma zona. Aparecieron pues
cervezas típicas de una región que, aunque procedieran de
productores diferentes, presentaban características semejantes por
ser hechas mas o menos de la misma forma. Así se conocen las Bitter
de Yorkshire, las de Burton on Trent, las Alt de Düsseldorf o las
Kölsch que hasta gozan de denominación de origen.
Algunos estilos se "inventaron" en una cervecería
y, dado su éxito comercial, fueron imitados por todos los productores
de la región. Otros estilos han sido o son la exclusiva de una sola
cervecería. No hay regla absoluta.
No es cierto del todo que en una región,
todo el mundo aplicase siempre la misma receta. En la Europa del siglo
XIX era mas bien así, pero la arqueología nos enseña
que tanto en Sumer como en Egipto, por ejemplo, existían diferentes
tipos de cerveza. Pero estos tenian más una aplicación o
significación social. No eran la consecuencia de costumbres sino
que mas bien respondían a demandas de clases sociales: los ricos
la querían así, los no tan ricos, de otra forma, y los pobres
no solían escoger...
Pero los estilos como los comprendemos son un
invento reciente. Normalmente se conocían las cervezas por su procedencia
geográfica. Pero con la posibilidad de comerciar y exportar botellas
y barriles a largas distancias apareció la oportunidad de degustar
crudos diferentes. Apareció pues la necesidad de clasificar las
cervezas. Y en esto los mas activos han sido Michael Jackson y la AHA (American
Homebrewing Association). La clasificación que propusieron fue suficientemente
buena para que la mayoría de los entendidos, por comodidad o por
conformidad, adoptasen estas líneas y las aplicasen a sus estudios
y experiencias.
Para qué sirven?
Se trata de un sistema útil que permite
la diferenciación de las cervezas. Las agrupa por características
técnicas y gustativas y, como todas las clasificaciones, permite
recordar mediante ordenación lo que de hecho, muchas veces no presenta
ningún orden. Las clasificaciones no preexisten, las hacemos nosotros
para nuestra comodidad, para entender y recordar.
Es importante insistir en ello. Por ejemplo,
la clasificación básica de alta y baja fermentación
es útil para recordar, pero no se ajusta del todo a la realidad.
En efecto, muchos crudos alemanes se clasifican hoy como Lager (baja fermentación)
pero aparecieron como estilo siendo de alta fermentación (Ale).
Otros estilos se obtienen con microorganismos de alta fermentación
pero, para conseguir unos aromas "limpios" se obliga dichos fermentos a
trabajar en su límite inferior de temperaturas, casi en baja fermentación.
¿Como habría que cualificar esos crudos a los que originalmente,
no se aplicaba este complejo método? También hay cervezas
en Bélgica, que se hacen en combinación sucesiva de alta
y baja fermentación, o de espontánea y alta. ¿Cómo
hay que recordarlas? Tenemos que recordar que el marco se adapta al producto,
y no al revés.
Y es que la clasificación por estilos,
repetimos, es meramente indicativa. En ningún caso puede convertirse
en una finalidad. En eso, muchas veces peca el novato interesado en materia
cervecera. Se toma muy a pecho la definición de los estilos y se
olvida de lo mas importante: hay que degustar y describir. La clasificación
por estilos no puede encorsetar ni el degustador ni el elaborador. Una
discusión de degustadores no puede en ningún momento reducirse
o centrarse en la definición del estilo al que pertenece la cerveza
que se está probando. Tiene que tratar en primerísimo lugar
de las características de la cerveza, no de las etiquetas que después,
por comodidad intelectual, se les añade. La herramienta no puede
convertirse en el objetivo.
Hemos de entender las guías de estilos
de cerveza como una herramienta que hemos de mantener bien flexible y abierta.
Nada es definitivo. Debemos permitirnos descubrir cosas nuevas sin clasificación.
Tenemos que exigir que el elaborador nos sorprenda. Es más divertido
e interesante. Por suerte, muchos cerveceros domésticos y profesionales,
si bien se guían según el sistema de estilos, suelen cocer
productos que responden simplemente a sus gustos. En muchos casos, suelen
decir que quieren hacer una cerveza de tal estilo pero con estas o aquellas
características propias y especiales. Los que todavía hacemos
cervezas de estilo académico, es que no dominamos todavía
la cuestión... Aun nos encontramos en el estadio de intentar no
cometer errores!
Normalmente, el estilo se refiere a un concepto
tan vago y equívoco como el de la tradición. En materia cervecera,
se trata casi siempre, como hemos apuntado, de formas de hacer y de materias
que inducieron recetas en el siglo XIX. Formas de hacer mas recientes,
a menudo encaminadas hacia la productividad, no constituyen estilos para
todos los aficionados. Tengo que decir, que normalmente y por las razones
que acabo de insinuar, no aprecio mucho lo que procede del otro lado del
Atlántico Norte. Precisamente porque en la mayoría de los
casos, esos estilos de aquella zona del mundo no nacieron con el afán
de hacer cerveza, sino con el anhelo de hacer dinero mediante la cerveza.
Es una elección personal que nadie tiene porque compartir. Pero
eso explica, que en mi guía de estilos, que todos podéis
consultar en mi web, no figuran los estilos de origen americano y en cambio
sí que aparecen estilos europeos testimoniales. Eso demuestra que
los criterios de clasificación de estilos no son ni mucho menos
inamovibles. Según mi propio criterio, hay "cosas" que se hacen
como la cerveza y que se llaman así pero que, gustativamente, no
responden a esa definición. Tanto pueden ser aguas teñidas
como alcoholes sucios. Tienen su respetable clientela pero me niego a concederles
(yo tan importante...) el noble apelativo de cerveza.
En la web pueden ustedes encontrar muchas guías
de estilos. La mayoría no son mas que copias de otras copias y resúmenes
de resúmenes de copias. Y a cada copia se cuela algún error.
Y los errores se hinchan como globos. Busquen un poco y encontraran guías
serias. Estas, o son originales o citan sus fuentes. Si no saben Inglés
o Alemán hay algunas páginas en Castellano que son muy correctas.
La nuestra, modestamente, es la mas completa. Consiste en la recopilación
de una buena docena de guías de Europa y América con adiciones,
comentarios y codicilos nuestros, por descontado.
Como en música, hay que aprender y conocer.
Luego hay que olvidar para poder practicar libremente. A ello les invito.
Salut i peles, nois, que bona falta ens fa!
Albert Barrachina Robert 2002 |