LA PÀGINA MÉS CERVESERA DELS PAÏSOS CATALANS
Associacionisme cerveser. B&B nº12
Degustació: Com degustar la cervesa. B&B nº12
Els condicionants de la degustació
Fitxes de degustació. B&B nº15
Degustació: esdeveniment social. B&B nº15
Cervesa o vi? B&B nº13
Conceptes històrics bàsics. B&B nº13
Bíblia i cervesa
Temperatura de servei de la cervesa. B&B nº 14
Sobre la tradició
Reinheitsgebot. Dubtes. B&B nº 16
Cervesa casolana, oci i ideologia. B&B nº16
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Cervesa i hal·lucinacions (Soma)
Bierhexen, bruixes de la cervesa.
Sobre estils
Cervesa i formatge
Humilitat
Cervesa, pintura i temperatura de servei.
Tolerància a la cervesa?
Cervesa, publicitat i autoimatge
Una volada aritmètica sobre la degustació de la cervesa i el funcionament del cervell humà (!)
No fa falta ser cap especialista per degustar. O, anem a ensumar per allà.
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Cervesa i dones
Cuando era un jovenzuelo, me las daba de intelectual y elaboré algunas teorías filosóficas bastante divertidas. Una de ellas describía que el ser humano era un “sistema cinético” que, como todos, tendía hacia el equilibrio. Y el mencionado equilibrio se manifestaba en la inmovilidad, en el gasto mínimo de energía para un rendimiento óptimo: la supervivencia.

Y el trabajo mental, no por ser invisible dejaba de ser un trabajo y un gasto tremendo de energía. Por ello y por efecto de la observación anterior, tendía a ser aún más invisible, por no decir inexistente. A la gente no le gusta pensar. Y cuando lo hace, prefiere que las ideas estén previamente mascadas, digeridas, expurgadas, limpias, simples y correctas. Si el pensamiento tiene esas características tiene que ser bueno. Más si ha recibido la bendición de los papas de la teleporqueria.

Por ejemplo, si alguna de estas comadres pijas catódicas dice que la cerveza es una bebida de hombres, se quedan a gusto y nadie lo discute. O si algún presentador encorbatado, engominado y encorsetado afirmase que la cerveza engorda, nadie le llevaría la contraria. No digo que lo hayan dicho, pero ellos son los pontífices del pensamiento ordinario. Son los heraldos de las ideas que están en el aire, que se respiran y que, por ello mismo, son políticamente correctas. No piense, nosotros lo hacemos por usted! (...por un precio que le haremos considerar módico, no se preocupe...)

La gente tendría que acostumbrarse a pensar por si misma y a no aceptar ideas sin contrastarlas. Concretamente, no encuentro ningún argumento serio que me pueda convencer de la virilidad exclusiva del consumo y degustación de la cerveza. Que yo sepa, no hay diferencia fisiológica alguna en los sentidos del gusto y del olfato entre hombres y mujeres.

Las diferencias son culturales. Hay inclinaciones, preferencias gustativas, que no tienen nada que ver con la capacidad de distinguir y/o apreciar.

En la práctica, la mayoría de las mujeres asume un papel secundario en el consumo de la cerveza. Mientras los “hombres” beben cerveza, ellas se toman un refresco carbonatado o directamente un combinado fuertemente alcoholizado, o cerveza rebajada con limonada, la “clara”. Todo menos cerveza, como si la huyeran! No hace femenino tomar cerveza. Como tampoco lo es fumar puros o con pipa. Han visto ustedes muchas mujeres fumar con pipa? En cambio, puedes ser una “mujer” fumando pitillos finos y tomarte un cubata. Serás “mujer” aunque seas basta y ordinaria, mientras no bebas cerveza.

En una encuesta hecha en Alemania (FESSEL GfK), la mayoría de las mujeres alimentaban cierta repulsa hacia la cerveza considerándola especialmente masculina.

El principal motivo alegado era el argumento dietético: la cerveza engorda. Otra vez con la misma historia! Otra vez el pensamiento correcto, la idea prefabricada, el argumento sin contrastar. No señora. La cerveza, la Lager que usted se toma en una terraza, no engorda mas que el zumo de naranja. Por una misma cantidad, la cerveza Lager i Pils o Premium aporta la misma energía que un zumo natural de naranja. Ni más ni menos. Cuando usted se hace la fina y se bebe una copa de cava, se toma casi el doble de calorías que con la misma cantidad de cerveza. Que lo sepa! Y no hablo del cubata que es auténticamente explosivo en este sentido!

Según la encuesta citada, parece ser que las mujeres no integran la imagen de la cerveza. Y en esto tenemos que darles la razón, al menos en parte.

Hay que reconocer que existe un consumo masculino de cerveza muy poco elegante y nada decoroso. El botellón o la litrona son elementos de un comportamiento festivo basto, vulgar, ordinario y, normalmente contraproducente: suele acabar mal. El colocón por él mismo, sin control, sin sentido y sin barreras induce a conductas incívicas que, en mi local, acaban con la expulsión. Y tengo que decir que hasta ahora, solo he tenido que expulsar a hombres. Pero, contrariamente a la idea imperante, no suelen ser bebedores de cerveza...

Las mujeres no son mejores, ni peores. El discurso sexista es una tontería. Solo son diferentes en algunos aspectos culturales (y por supuesto biológicos). En general suelen ser mas críticas ante el consumo de alcohol, especialmente si éste es excesivo. Pero la cerveza no es la única bebida alcohólica a disposición. Y las señoras que se atreven a pasar la barrera de la bebida refrescante suelen pasar, con cierta despreocupación dietética o de imagen, al combinado de whisky o de vodka.

Desde mi lado de la barra, he podido observar una diferencia de gustos. Las mujeres no suelen disfrutar mucho con cervezas especialmente amargas. Suelen tener especial aceptación las Witbier. También son apreciadas las Ale fuertes belgas, especialmente las doradas. Las Gueuze y Lambic con fruta y poco ácidas también gozan de cierta popularidad entre la clientela femenina. Pero seria injusto si dijera que son las únicas, y de hecho, vendo de todo aunque la tendencia sea la que he apuntado.

Estadísticamente, en Alemania, el 87% de los hombres son consumidores regulares de cerveza mientras que el 50% de las mujeres son consumidoras solo ocasionales de este brebaje. Las mujeres suelen preferir los recipientes elegantes y su gusto se decanta hacia las cervezas “especiales”. Normalmente ellas son las que se quejan de una presentación defectuosa. De forma general, las mujeres alemanas prefieren degustar mientras que los hombres practican un consumo mas cuantitativo y con menos discernimiento. Las mujeres prefieren cervezas dulzonas (dominante de malta) y con un cuerpo ligero. Los hombres abogan mas por cervezas amargas, secas y de alta densidad.

La cerveza no es cosa de hombres. La historia nos demuestra que las mujeres y la cerveza siempre tuvieron muy buena relación. Mientras fue domestica, la elaboración de la cerveza fue cosa casi exclusivamente de mujeres. El nombre más antiguo de fabricante de cerveza es el de una mujer tabernera egipcia de nombre Azag-Bau (3100 a JC). 

Los latinos le decimos “cerveza” (Cat. Cervesa; Port. Cerveja) a esta bebida porque era una emanación de la diosa de las mieses: Ceres. Ceres + Vis = el poder o la fuerza de Ceres. Y Ceres era la versión latina de la griega Demeter. Esta fue la que, según la mitología griega, enseñó a los hombres a cultivar los cereales.

Entre los Celtas y entre los Incas, las mujeres elaboradoras de cerveza eran consideradas poco menos que sacerdotisas y gozaban de mucha consideración y privilegios.

En Sumer, según la epopeya de Gilgamesh, Enkidu, un hombre poco educado y petulante quiere enfrentarse con el Dios. Este le manda una mujer que le enseñará a ser un hombre de verdad (y no un gallito de pelea) bebiendo cerveza y comiendo pan. “Come pan, pero si quieres vivir bebe cerveza”.

Las Walkirias eran doncellas guerreras germánicas. Solían sobrevolar los campos de batalla y mojaban los guerreros con cerveza para infundirles coraje y fortificarlos. Una vez muertos en combate, sus copas siempre quedarían llenas de cerveza en el Walhalla siendo las mismas Walkirias responsables de este estado de plenitud.

Santa Hildegarda (1098-1179), abadesa del monasterio de Sankt Rupert en Alemania escribió muchos tratados entre los que figura uno en el que investiga el valor medicinal de la cerveza y, sobre todo, del lúpulo.

No acabaríamos nunca, pero cabe mencionar que la cerveza también tiene sus mártires y que fueron mujeres, la nombradas BIERHEXEN, brujas de la cerveza. Estas mujeres fueron acusadas de echar a perder partidas de cerveza y fueron quemadas vivas por ello!

En la actualidad, las mujeres profesionales son pocas, pero haberlas, haylas. Son ejemplos de ello la hermana Doris, en Baviera, que elabora una Lager de nombre MALLERSDORF, y tambien Lady Catherine Maxwell Stuart, propietaria nada menos que de la TRAQUAIR HOUSE BREWERY en Escocia. Tampoco podemos decir que la afición de hacerse la cerveza en casa haya despertado mucho interés entre las señoras. Pero tal vez solo sea una cuestión de tiempo. 

Acabaremos diciendo como al principio que no hay ningún motivo para que las mujeres no beban y aprecien la cerveza. El problema solo estriba en los prejuicios culturales que pueden tener su origen en el mal uso que hacen algunos hombres de nuestra bebida preferida.

Apa, nois que la força cervesera us acompanyi!

Albert Barrachina Robert 2002
Albarrob@arenys.vilaweb.com